Amalgama: cuando el sonido se funde
¿Qué ocurre cuando dos universos musicales, con sus propios acentos, ritmos e
historias, deciden encontrarse en un mismo escenario? ¿Qué surge del cruce entre lo
distinto, de la conjunción de lo aparentemente incompatible? La respuesta es
Amalgama, un concierto que no solo une a dos formaciones musicales, sino que celebra
el arte de mezclarse sin perder la esencia, de convivir en la diferencia, de construir una
nueva identidad sonora a partir de lo múltiple.
Como en el proceso alquímico que da nombre al encuentro, donde metales diversos se
funden para dar origen a una nueva materia más rica y resistente, la Banda de Música y
la Parranda de Teror se entrelazan el próximo 19 de septiembre en la Plaza del Pino, en
un diálogo musical que trasciende estilos, géneros y trayectorias. Una auténtica fusión,
donde cada nota se adapta, se transforma y se reconoce en el otro.
Amalgama no es solo un concierto. Es una metáfora viva del mestizaje, del cruce fértil
entre caminos diferentes, de la armonía que surge cuando se acepta el desafío de
mezclar y reinventar. Aquí, la música no suma: se funde, y el resultado es una sola voz
hecha de muchas.
Este proyecto no surge de la improvisación ni del capricho de un momento. Es el fruto
de una idea que lleva gestándose desde hace dos años, alimentado por la ilusión de unir
musicalmente a dos de las formaciones más significativas y con mayor trayectoria del
municipio. Es, en el fondo, la respuesta a una necesidad casi ancestral: la de compartir,
de participar la una de la otra, de mirarse con respeto y reconocerse en lo distinto.
Por un lado, la Parranda de Teror, la que saca la música a la calle, con su alma de
tenderete, su raíz popular que vibra en cada cuerda y en cada voz. Por otro, la Banda de
Música de Teror, custodios de una tradición instrumental rica, versátil y ceremoniosa,
capaz de vestir de solemnidad cualquier partitura. Dos caminos musicales distintos, pero
marcados por un mismo latido: el amor profundo por la música como lenguaje de
nuestro pueblo.
El proceso de esta aleación artística no ha sido inmediato. Cada colectivo ha trabajado
por separado, en sus propios ritmos y espacios, moldeando su identidad dentro de este
nuevo reto compartido, para después, como en toda verdadera amalgama, fundir sus
aportes para dar forma a un repertorio tan diverso como ambicioso. Melodías
latinoamericanas, pasodobles, canciones del acervo canario… Un cruce vibrante entre
lo popular y lo sinfónico, entre lo festivo y lo académico. Una propuesta que no busca
solo entretener, sino también superar límites, descubrir nuevos matices y atreverse a
lograr lo que nunca antes se había intentado.
Amalgama es, también, un acto de superación colectiva. Un mensaje sonoro dirigido a
todo el pueblo de Teror. “Estamos aquí para crecer, para mejorar, para explorar otras
formas de hacer música sin perder la raíz” – este es el gran reto del proyecto.
Más de 80 músicos se subirán al escenario con el esmero, la entrega y la pasión que
caracteriza a quienes entienden la música no como oficio, sino como legado. Porque en
cada acorde de Amalgama no solo se escucha el presente de nuestras formaciones, sino
también el eco de quienes les precedieron y el anhelo de quienes vendrán. Una noche
para recordar que la identidad musical de un pueblo también se escribe con valentía, con
mezcla y con sueños comunes.
Patricia Arencibia Naranjo
“Y así
habrán de quedar
aquí, cosa de ti, de mí,
las huellas de este bello andar,
y al aprender de este vivir, la vida doy
por eso que nos hace amar… lo nuestro”